miércoles, 11 de agosto de 2010

Acá va título

miércoles, 11 de agosto de 2010
Los títulos de las noticias son una porquería. Sí, los títulos que escribimos nosotros. Casi nunca son como uno querría: a veces son un poco más amarillos de lo necesario, otras demasiado informativos y formales. O no dicen todo lo que deberían decir, o revelan más de lo que el desarrollo de la noticia necesitaría. Son demasiado pretenciosos, o muy chicaneros, o directamente son mentira, o son una parrafada que tranquilamente podría reemplazar la cabeza del material.

Al principio les tenía pavor. Siempre me resultó realtivamente sencillo escribir una noticia, una crónica, más todavía una nota de color. Pero llegaba al título y me ponía verde, intranquilo, prendía un cigarrillo tras otro (en aquellos días la Redacción era un fumadero que, visto a la distancia, resulta una imagen intolerable incluso para los más adictos), daba vueltas y el título no salía, y el que parecía correcto no entraba, y el que entraba era horrible. Alguien me recomendó que en ese momento fuera al baño: "Los títulos me salen cuando meo", todavía asegura.

Con el tiempo me acostumbré, les tomé la mano, les encontré la vuelta, pero jamás pude pavonearme de haber escrito el título perfecto.

(Aunque era fácil congraciarse con Maronna, sólo había que buscar el nombre de una película o un libro acorde y, tal vez, darle un pequeño giro: “Final del juego”, “Amanecer de una noche agitada” o “Primeras imágenes del naufragio” eran suficiente para que nuestro jefe en Política hiciera F2 -para guardar- y le diera C -para mandar a “fotocomponer”, probablemente el término más anacrónico que sobrevive en la Redacción-. “Funes el memorioso”, insinuó Vallejos para una entrevista con El Chango Funes y, por supuesto, así quedó impreso)

El día que la Alianza derrotó al Carlo, a Alvarito se le ocurrió un título genial: “De la Rúa se aburrió de contar votos”. Pero lo propuso cuando ya estábamos tomando cerveza en El Amanecer, el único boliche que quedaba abierto en Rosario a las tres de la mañana. Alvaro es un gran titulador: “Con la soja al cuello”, recuerdo ahora, y se me dibuja una sonrisa. Ese sí salió y está entre mis favoritos.

Y para qué hablar de los errores impresos en fuente negrita a 50 picas, que se rien la mañana siguiente en la cara de los ruborizados periodistas. Manuel López de Tejada imaginó y plasmó en una novela a un corrector atormentado por el complot de las letras, que por las madrugadas se confabulaban y terminaban por imprimir un título vergonzante.

“Memen”, decía en un título gigante, casi como resaltado con luces de colores, en una página que el día anterior había sido redactada por un redactor, corregida por un corrector, aprobada por el jefe, releída más tarde por otro periodista en la prueba impresa y finalmente aprobada por un secretario de redacción. Al menos "Memen" evitaba la maldición.

Tiempo después, el “corrector encubierto” (cargo que ostentaban los correctores que, ante la desaparición de su hábitat natural, devinieron en redactores) aprobó la copia final de la tapa de la sección. El jefe la llevó a Secretaría para que la aprobaran. “Leé ese título”, lo retó el secretario a cargo. “La EPE denunció sabotaje en el apagón que...”. “Leé bien”, insistió el secretario. “La EPE denunció sabotaje...”, se empeñó el jefe, desesperado por encontrar el error. “Ahí no dice sabotaje”. Decía sabatoje. “¡Sabatoje!”, se reía el jefe a los gritos.

Otro de los títulos habituales de La Capital es “Acá va título”. Por supuesto que en ese apoyito va título, sólo que nadie lo escribió. Incluso los diagramadores suelen hacerse los chistosos e introducir gazapos que el redactor no incluyó. “Repollito de Bruselas”, decía la procedencia del material de El Mundo. El diagramador había olvidado retirar la humorada y la página fue rescatada de milagro, lo cual cientos de veces no ocurrió.

La que iba a ser la mejor tapa del diario de todos los tiempos también fue atajada en el último minuto. Armando, siempre obsesivo, releyó por enésima vez todos los titulares. Decía: "Un patitovica dice que es inocente". Cada vez que me acuerdo me imagino un patito gritando con voz aflautada.

En la edición digital del diario son aún más acostumbrados los errores, por la urgencia para subir la noticia a internet pero también por el margen de poder corregirla en cualquier momento. La soledad soporífera de las mañanas de domingo contribuyen con las erratas. Creí haber titulado algo así como “Chocó un ómnibus en Venado Tuerto y murieron seis pasajeros”, hasta que del otro lado del teléfono alguien me preguntó: “¿Qué es un óminus, un hombre convertido en ómnibus?”. Tres horas después de corregir el desacierto me topé con la misma noticia, con un título que todavía se burlaba de mí: “muerieron”, decía.

Pero mi error favorito no es de mi autoría, aunque también apareció en la web del diario: “El próximo martes podrá verse un eclipse de lunes”. Una noticia maravillosa, no todos los martes se puede disfrutar un eclipse de lunes.

Las noticias tendrían que salir así como vienen escritas, sin título. Que el lector arranque leyendo nomás y, si le interesa, que la termine y listo.

POR HERNAN MAGLIONE

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando era un redactor novato y me torturaba buscando resolver los títulos (tarea que me llevaba tanto tiempo como la nota) mi jefe de entonces, Cacho Cagnin, buscaba tranquilzarme con una frase que para mí se volvió de cabecera: "El título siempre está". Abrazo, Hernán, y muy bueno el post. El Pelado

Anónimo dijo...

Sigue pasando, Maglione. Hoy página cinco: "Palabra", nadie le puso el título a la pastillita, y quedó "Palabra" nomás!!
Me gustó mucho (no el error, claro, sino la columna). Beso. La enana

Juan dijo...

Muy bueno! Tengo muchas anécdotas de mi etapa de corrector (en una imprenta, que es otro submundo), pero tal vez los pueda sumar otro día en otro post. No recordaba de "Memem", sí en cambio de "Menen"...

La Negra dijo...

Me hiciste reír Maglione. A mí ya me firmaron una vez una nota como Marcelo Abraham justamente por un chiste de los diagramadores. Nada serio. Sí las noticias deberían salir como vienen escritas...lo pensaba justo ayer cuando me dijeron que busque un mail dirigido a Daniel, firmado por el concejal Jorge del Rosario y haga con eso "un suelto". Como guardar con F2, darle "C" o poner "bell i, bell r"...ustedes entienden...

Unknown dijo...

Pelado, esa frase de Cachito se la tiran en la cara a cada redactor que se traba en un título. Ahora me acuerdo de una noche que Cacho casi deja pasar "Asesinado por su bicicleta"...

Unknown dijo...

Y gracias por los comentarios de Langone, Juan y Marcelo Abraham

alvaro dijo...

Zamba la rompió con su post, dice el titulo principal. Bajada: en economia sale mucho el apoyo byn (sigla de blanco y negro, puesta en el título). Volanta hot: si querés pegar el titulo directamente en el taller te mando un pt. Pie de foto: Marcelo Abram, alias La Negra

La Negra dijo...

¿Me parece o Zamba y Alvaro no me toman en serio?
Laura Abraham

silvina dijo...

Qué problema con las palabras. Ultimamente estoy teniendo algunos inconvenientes por decirle a algún redactor "ahora te la subo", o "te la cargo" o en el peor de los casos "te la corto". Siempre estoy hablando de las fotos, pero algunos no me entienden y abren los ojos así de grandes. Voy a tener que empezar a buscar sinónimos (o completar la frase).
Maglione, mis respetos.

silvina dijo...

"Con la soja al cuello". Ese me lo perdí.
Alvaro, mis respetos también para vos.

Juan dijo...

"Con la soja al cuello" mucho más tarde apareció en una tapa de Página/12 pero Alvarito fue el precursor!

mduran dijo...

Exclente blog, les dejo mi aporte a la nota http://www.twitpic.com/19kism

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